Reseña de "Nada que hacer" de Inés Garland

por Antonia Manson

Como mujer, no hay refugio y calidez como aquellas palabras que describen a la perfección nuestras experiencias, problemas, preocupaciones y sentimientos con los que vivimos todas día a día. Sentirse abrazada, identificada y acompañada por personajes femeninos al punto de vernos reflejadas en ellas es algo que Inés Garland nos regala a través de su colección de relatos breves titulado "La arquitectura del océano"

Este libro fue publicado en el año 2014, por la editorial Alfaguara,  y desde entonces los lectores nos deleitamos con estos dieciséis relatos, protagonizados por personajes de todo tipo pero en los cuales predomina el genero femenino. Se tratan temas el amor, tanto prohibido como correspondido, la familia, la amistad, el deseo, etc. Utilizando el océano como simbolismo de la vida y la naturaleza humana en si, Garland nos lleva en un recorrido distintas historias de pasión que te conmueven completamente. Con sus finales abiertos deja a los lectores con una intriga que lleva a cuestionar y reflexionar profundamente sobre las tramas de los cuentos y genera que siempre reclamemos por mas.

Particularmente hablando, en el cuento "Nada que hacer" se relata la historia de una madre separada, con una relación un tanto problemática con su hija adolescente, la cual anhela volver a enamorarse, a sentir ardor por alguien, a experimentar la juventud. La autora logra a través de la construcción de la relación madre e hija que empaticemos profundamente con una mujer adulta que tiene los mismos deseos que una mujer joven. Las emociones y ansias que experimentamos en todas las edades y etapas de nuestras vidas se ven perfectamente demostradas en este relato. Además, Garland se encarga de problematizar la presión social, los estereotipos, lo que esta mal visto y las cargas con las que luchan día a día las mujeres en general, pero específicamente aquellas que son madres. Parece ser que en una sociedad donde prima el patriarcado y el machismo cuando una mujer se convierte en madre, no tiene el derecho ni la dicha de también poder ser amante. Tanto este tipo de cuestiones como también el tema de un deseo prohibido son los que nos atrapa y nos mantiene pegados al libro por horas.

Este libro tiene que ser incluido en sus próximas lecturas si buscan historias crudas, reales pero a la vez tiernas y conmovedoras. No solo porque representa a la perfección todo aquello con lo que nos enfrentamos las mujeres, sino porque también traza la experiencia humana de manera poética. Estas historias deben ser leídas y atesoradas por todo lector que se considere romántico o simplemente que se considere merecedor de una lectura tan apasionante y fascinante como la que nos brinda "Nada que hacer" y todos los relatos de "La arquitectura del océano".