Reseña de "Tres luces" de Claire Keegan

57 paginas

por Antonia Manson

Soy fiel creyente de que el arte es lo que nos hace estar vivos, lo que le da sentido a levantarnos cada mañana. Hay pocas cosas que llenan tanto y que generan tantos sentimientos como escuchar música, ver una buena película o leer un libro. La literatura personalmente tiene un lugar especial. Emocionarme hasta las lágrimas, pasar cada página con desesperación de leer mas y mas, empatizar de tal manera con los personajes y poder sentir historias ajenas como propias. Mi más profundo deseo es que todos puedan experimentar algo parecido a eso. Y con ese propósito no puedo dejar de recomendar fuertemente a la autora Claire Keegan. 

Esta talentosísima escritora irlandesa estudió ciencias políticas e inglés en la Universidad Loyola en Nueva Orleans, Estados Unidos. Fue premiada por varios de sus libros, recibiendo reconocimientos como el Davy Byrne 's Irish Writing Award, el William Trevor Prize, el Edge Hill Prize, entre otros. Aunque podría escribir hojas enteras sobre la enorme carrera profesional de Keegan y nombrar innumerables premios, a mi parecer la mejor forma de evidenciar su maravillosa habilidad para la escritura es leer uno de sus tantos libros: “Tres luces”. 

Al igual que en su corazón y alma, Irlanda, su país natal, se encuentra en cada una de las historias que ha escrito. Así como en “Tres luces” y “Cosas pequeñas como esas”  muchos de sus relatos desarrollan el estilo rural de la vida cotidiana de la gente. A través de las palabras Claire Keegan nos muestra el tipo de rutinas que llevan sus personajes en estos ambientes y consigue articular la paz pero también los conflictos que podemos encontrar en estos contextos. Además tanto en estos cuentos como en varios de los relatos que componen la “Antártida” o “Recorre los campos azules” el rol que tiene la familia es esencial. Alrededor de esta temática despliega las problemáticas que van a constituir a sus historias y a sus personajes. La paternidad y la maternidad atraviesan fuertemente sus cuentos desde perspectivas infantiles hasta el punto de vista de un padre. Lo interesante es que giran en torno a la ternura y cariño inigualable que encontramos en la familia pero también puede enfocarse en abusos, soledad, frialdad y falta de compasión. La versatilidad de Keegan la ayuda a poder trabajar ambas maneras de encarar algo tan complejo como la familia.

“Tres luces” se publicó en el año 2011 por la editorial Eterna cadencia, pero tuvo su primera salida al mundo de la literatura como una versión corta de sí misma en la revista New Yorker. Fue traducido en español, francés, italiano, alemán, checo, chino, japonés y esloveno, lo que hizo que esta conmovedora historia sea leída en todo el mundo y que Claire Keegan sea merecedora del reconocimiento como la gran autora que es. Este relato trata sobre una niña, quien va a ser quien nos cuente desde su mirada los acontecimientos, que pasa una temporada con los Kinsella, ya que sus padres se preparan para la recibida de su nuevo hermanito pequeño. Acogida, querida y acompañada por esta pareja pasa días tranquilos y hermosos en el campo aprendiendo sobre el tipo de vida que llevan los Kinsella en el campo, sus tareas y cómo hacerlas, y  encariñándose cada día más con estos y convirtiendo de esa calidad vivienda en su hogar. Pero como en cualquier pueblo chico, las noticias corrieron rápido y la niña se entera de un secreto que los Kinsella le habían ocultado. El secreto va a ser otra de las temáticas que tengan privilegio dentro de este cuento.

 El contraste entre esa temporada con los Kinsella y su vida en su casa de siempre, está muy marcado. Para empezar vive una realidad muy distinta, ya que por lo que se describe de ambas casas y de las sensaciones de la niña y las cosas con las que se sorprende, podemos dar cuenta de que venía de una familia muy pobre. Por otro lado, la manera en que es tratada también es un punto de inflexión. Su familia es fría, no le prestan atención y hay una clara falta de amor. Encuentra en la casa de los Kinsella, quienes por su historia de vida se sienten muy unidos con la niña, una familia cariñosa, compasiva. Encuentra un refugio de su cruel realidad. La autora describe y hace esta comparación entre familias de manera muy fina, delicada y de manera implícita y progresiva. Es interesante también cómo trabaja la mutación de sentimientos como por ejemplo del dolor, de perdida, de soledad que tenían ambas partes al a afecto y ternura. Algo que también me gustaría destacar es que esta es una historia fácil de leer pero que da lugar a muchas interpretaciones. Hay nodos muy alarmantes e inquietantes en la historia que llaman a la reflexión constantemente. Jugando con la elipsis, Keegan te genera una sensación de misterio y tensión. En mi caso, al leerlo confundí, lo que luego de avanzar en el cuento me di cuenta que eran, muestras de amor con posibles amenazas o malas intenciones y llegué a pensar que el secreto que evidentemente ocultaba la pareja era algo perturbador y malo para la protagonista. 

Todo esto demuestra la habilidad de la escritora para transmitir el punto de vista y los sentimientos de sus personajes, ya que esta sensación de tensión y confusión que tenemos los lectores al leerla es por lo mismo que está pasando la niña que está atravesada por el miedo y la desconfianza de estar conociendo lugares nuevos y gente nueva lejos de su familia. Keegan maneja excelentemente el uso de las distintas perspectivas y logra hacerte adentrarte en la piel de la protagonista. Describe los ambientes y contextos de manera tal que te sientas tan parte como los personajes, que empatices fuertemente con ellos.

Esta historia es sobre un amor único como lo es el familiar y nos demuestra que no siempre se encuentra donde se espera. Les aconsejo enfáticamente que agreguen “Tres luces” a su lista de próximas lecturas si están buscando un relato enternecedor que los transporte hacia los más profundos sentimientos humanos y si como a mi, no hay nada que les apasione más que encontrarse a ustedes mismos conectando con un libro.